domingo, 10 de junio de 2012

Donde los opuestos se juntan, me miro a los ojos.

Soy un hombre.. respiro. Miro un desierto infinito ante mis ojos.. un desierto lleno de vida. Un vacío repleto de contenido. 
No sé cómo llegué hasta acá, ni importa. 
Desperté, abrí mis ojos y sentí. Fuí. 
Después de morir, renazco. Al despertar, concluyo. Concluyo en este comienzo que la continuidad es una suma de infinitos fragmentos únicos y enlazados. Si cada experiencia que pasa es única, si cada segundo que pasa es tan irrepetible, entonces yo quiero que cada uno de ellos sea lo mas impecable posible. 
Deseo sacar lo mejor de cada segundo que sucede, por que puedo estar muerto en cualquier segundo. La muerte camina a mi lado, y espera el momento preciso para tomarme.. ese momento inevitable que para mi es un misterio, y para ella, sabia captora, es una certeza. 
Quiero vivir de la mejor manera posible. Plasmar en mis fibras la historia mas bella. Asi  siento que le doy valor y gratitud a estas irrepetibles divisiones que componen la vida. 
Siento gratitud por la totalidad, y amor infinito. Que no es mas que experimentar a la totalidad misma. El amor es la fuerza que mantiene los fragmentos unidos. Lo que le da sentido a mi vida es la sola experiencia de estar vivo. El inhalar y exhalar ya por si solos son un milagro. Mi vida cobra sentido por que vivir con conciencia plena de la muerte, además de darme sensatez, me da la oportunidad de vivir una vida impecable.. y sin miedo. Hacer de la muerte una aliada y superar el miedo es liberarse de todos los miedos. Y ese camino es el factor común de los seres humanos. Cada uno elige cómo vivir esta experiencia con sus propios temas, colores, matices y melodías. Y cada uno a su manera traza un camino único de descubrimiento, que forma parte de la cadena de enlaces que forma el universo. Un desierto repleto de vida.

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