domingo, 30 de mayo de 2010

De quedarse, vivir y crear..





Mi voz cambia por estos días. Se hace distinta bajo la sombra - o la luz - de los acontecimientos a nivel colectivo y personal. Sucesos que tienen un mismo origen, que si dejo que fluyan en la confianza de la paz alcanzada, tendrán también el mismo destino.
Mi voz se hace cada vez más tierra, más baja, café, sólida y granulada. Mi voz habla firme y con amor, el mío, el que me entrego a mí mismo y que ha logrado transformar las antiguas visiones de sometimiento para llevarlas a la libertad de proyectar ante mis ojos sólo aquello que mi piel y mi corazón quiere sentir. No digo que en este juego no me enfrente a situaciones que a primera lectura me parezcan inexplicables o de difícil conexión con la forma que he elegido vivir, pero ya no lloro por temor a no saber qué vendrá, sino por el sentir pleno de la experiencia maravillosa de estar y ser en este plano de energía materializada. El llanto por aquellas cosas que no esperaba no hace mas que limpiar mi entendimiento para ver mas allá de lo aparente, y eso se agradece. La voz con la que hoy les hablo nace desde dentro, desde mis vísceras humanas, desde donde quise entrar definitivamente para vivir en plenitud esta experiencia de vida en la tierra. Vida que se construye desde las certezas más profundas, desde las verdades propias en la comprensión de que la energía que sustenta la vida soy yo mismo y al mismo tiempo lo es quien se cruza en mi camino. Esta vida terrenal y cada vez mas arraigada en lo humano, surge del recuerdo de la magia de la transformación basada en la aceptación del mundo y de las "leyes" que rigen el universo entero, más allá, insisto, de lo aparente, intuyendo permanentemente la mano de la fuente en cada cosa que me rodea.
Magia consciente. La magia antigua, la del amor transformador, es la que por estos días guia mis pasos como nunca antes.

Roberto Cabrera Olea
(un chileno inspirador..)

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